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SALUD MENTAL MATERNA: ESTRÉS MATERNO DURANTE EL COVID


Artículo elaborado con la colaboración de la Dra. Jenny López, médica especialista en Psiquiatría, Psicoterapeuta cognitiva y DBT, y Mágister en Educación. Madres de dos niñas de 5 y 12 años.

Facebook: @Psiquiatra Jenny López

Instagram: @psiquiatrajennylopez



Se acerca el Día de las Madres en nuestro país y es un motivo de celebración en familias enteras. Es un día en el cual se les agradece a todas las madres su esfuerzo, dedicación y cariño. Se resaltan las cualidades positivas de la maternidad, los valores y el trabajo que estas mujeres dedican al cuidado de sus hijos e hijas. Pero un dato relativamente desconocido es que, desde el 2016, el 6 de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna. Es una fecha en la cual se promueve el cuidado de la salud mental de las madres, quienes, al vivir los estresores propios de la maternidad y, muchas veces, otros estresores de la vida cotidiana (en su trabajo, en su relación de pareja, en sus relaciones con otras personas, secundarios a la violencia contra la mujer), pueden llegar a tener diferentes manifestaciones de sufrimiento psíquico, desde sentimientos de soledad y tristeza hasta cuadros clínicos complejos como depresión o trastornos de ansiedad.


LA NECESIDAD PERMANENTE DE LA “CONCILIACIÓN DE ROLES”

Durante este periodo de aislamiento social por el COVID-19, las madres han recibido una carga física y emocional adicional que pareciera pasar desapercibida. Muchas madres han tenido que realizar un esfuerzo enorme para conciliar sus diferentes roles en el mismo espacio: en un momento son trabajadoras, aprendiendo sobre el manejo de las diferentes herramientas digitales para poder cumplir con sus funciones laborales; tienen que apoyar a sus hijos en las tareas escolares, asumiendo un rol de acompañamiento al cual no estaban habituadas; estar pendientes de las diferentes necesidades emocionales de sus hijos y demás miembros de la familia; realizar labores domésticas como estar pendientes de la lista del mercado, del proceso de desinfección, del aseo, y del lavado de la ropa; y, además, tratar de sacar tiempo para el auto cuidado.


Bajo estas circunstancias, algunas madres han llegado a sentir que las están constantemente halando de un lado a otro para atender las necesidades de los demás, y, en su afán por querer complacer a todos, comienzan a descuidarse a sí mismas. Además de esto, no es infrecuente que se sientan culpables porque, a pesar de su gran esfuerzo, perciben que no “están dando la talla”, y como una forma de compensar, comienzan a prolongar sus jornadas de trabajo para evitar, sin éxito, que el trabajo se acumule.


El estrés, entendido como la reacción emocional y física a la percepción de que las demandas del entorno sobrepasan la capacidad de respuesta, es cada vez mayor en las madres durante este periodo de crisis por el COVID-19, y estos altos niveles de estrés se comienzan a manifestar forma variable como: dolores de cabeza, tensión muscular, síntomas gastrointestinales, dificultad para concentrarse, irritabilidad, insomnio e incluso síntomas de ansiedad y depresión.


SALUD MENTAL MATERNA, ¿CÓMO LA PROTEGEMOS?

Ahora, todo eso lo mencionamos por lo siguiente: LA SALUD MENTAL MATERNA IMPORTA. Hemos hablado en el pasado sobre el Kit de Supervivencia Parental, pero ahora queremos enfocarnos en las madres. Como madre, es necesario entender que sentirse molesta, triste, agotada y/o frustrada no la hace mala madre. Insistimos en esto, sentirse así NO LA HACE MALA MADRE. Como sociedad solemos hacer énfasis en los aspectos positivos de la maternidad y ponemos una alta exigencia en lo que se espera que una madre “debe” hacer; ser mamá no es sinónimo de tener que resolverlo todo o estar siempre disponible.


Teniendo en cuenta lo anterior, hacemos las siguientes recomendaciones para proteger su salud mental:

  • Flexibilidad: Ser más flexible con usted misma y con los demás con respecto a los estándares habituales en aspectos como la limpieza y el orden, el desempeño escolar de los niños, rendimiento laboral, pautas de crianza, y normas de convivencia; esto le ayudará a ser más tolerante y a tener menos discusiones por detalles pequeños. Recuerde todos estamos enfrentando una crisis por la pandemia, y es más fácil hacerlo juntos.

  • Priorizar y planear: Es importante priorizar las actividades, y planearlas con anticipación; establezca que es lo realmente importante en cada momento, y, si debe aplazar algunas cosas, no se preocupe que cuando la crisis pase encontrará el tiempo para resolver esos otros pendientes.

  • Recarga emocional y física: Procure reservar espacios para su descanso, esparcimiento, y recarga emocional y física; trate de intercalar estos espacios entre aquellas actividades de alta concentración mental. Por ejemplo, después de la jornada escolar de los niños, dedique un tiempo para realizar algún tipo de actividad física antes de iniciar otra actividad.

  • Poner límites: Es necesario poner límites a las reuniones, solicitudes laborales y escolares, respuestas a los correos, y al uso del celular. Tenga presente que puede expresarse de manera asertiva ante cualquier situación que usted perciba como una demanda exagerada por parte de su empresa o del colegio de los niños. Es importante fijar horarios de respuesta, no se puede estar disponible siempre, y son necesarios esos momentos para “desconectarse”.

  • Gestionar las emociones: Ahora más que nunca la gestión de las emociones ocupa un lugar preponderante. Si en algún momento se siente desbordada por su emoción o por el agotamiento, establezca un plan de crisis para poder realizar una pausa y permitir que su emoción disminuya en intensidad. Para lograr esto, establezca estrategias de distracción, autocuidado o resolución de problemas. Debe parar cuando sea necesario, su salud mental es prioridad.

  • Delegar tareas: Es imposible hacerse cargo de todo; evite sobrecargarse. Haga partícipe a los miembros de su familia del funcionamiento del hogar, y, para esto, es recomendable dividir las responsabilidades domésticas y asignar tareas a los demás miembros de la familia.

  • Saber cuándo pedir ayuda: Todas estas recomendaciones permitirán desarrollar en usted habilidades de afrontamiento y autocuidado con el fin de mantener una adecuada salud física y mental en este momento de crisis, pero es importante estar alerta a los diferentes signos de alarma que pueden indicar que necesita apoyo adicional de su familia y/o de un profesional en salud mental. Libérese de los prejuicios con respecto a lo que es una “buena” o “mala” madre y del estigma relacionado con la enfermedad mental. Si considera que necesita ayuda, no dude en pedirla para que pueda recibir la ayuda adecuada de forma oportuna. USTED NO ESTÁ SOLA.

Por último, pero no de menor importancia, si presenta alguno de los siguientes signos de alarma: ansiedad intensa o constante, crisis de pánico, insomnio recurrente, falta de energía persistente, tristeza constante, llanto fácil, ideas de muerte y/o de suicidio, alucinaciones, o ideas obsesivas, contacte INMEDIATAMENTE a un profesional en salud mental.

Recuerda que en PSIQUES #NosImportaTuSaludMental.

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